Desde el miércoles 2 al sábado 5 de octubre, 17 000 peregrinos se reunirán en Lourdes para participar en la peregrinación del Rosario, entre ellos 3000 jóvenes y 2700 hospitalarios al servicio de las 970 personas enfermas y con alguna discapacidad. Esta peregrinación, organizada por la familia dominica desde 1908, se ha convertido en uno de los mayores encuentros espirituales de Francia. Esta atrae a peregrinos procedentes de todo el mundo, animados por la devoción mariana y el deseo de rezar todos juntos a los pies de la Gruta de Massabielle.
La peregrinación del Rosario fue creada por la Orden de Predicadores, cuyos miembros son más conocidos como los dominicos, quienes se caracterizan por su compromiso con la difusión y el rezo del rosario. Estos organizan esta peregrinación para ofrecer a los fieles un tiempo privilegiado de oración y encuentro con Dios y la Virgen María, centro de la espiritualidad del Rosario.
Estarán presentes durante esta peregrinación el cardenal François Bustillo, Mons. Jean-Marc Micas, obispo de Tarbes y Lourdes y Mons. Xavier Malle, obispo de la diócesis de Gap.
EL TEMA DE 2024: ¡CAMINEMOS TRAS LAS HUELLAS DE CRISTO!
En Lourdes, María preparó a santa Bernardita para recibir su primera comunión y vivir la eucaristía. La preparó para seguir a Cristo durante toda su vida, desde Lourdes a Nevers. En pocas palabras, esto es lo que todos los peregrinos del Rosario están llamados a vivir durante estos cuatro días de la peregrinación de 2024. Es la ocasión perfecta para descubrir la verdad de la promesa de María: «No le prometo la felicidad de este mundo, sino la del Evangelio». En Lourdes, aprendemos a vivir esta alegría para anunciarla a nuestro regreso de la peregrinación.
Cada año, se brinda a todos los peregrinos de la peregrinación del Rosario la oportunidad de realizar una ruta catequética basada en uno, o varios, de los gestos propuestos, acompañados por jóvenes, camilleros y hospitalarios. Este año, este recorrido sigue los pasos de Bernardita y la Virgen María, pero también les guiará ¡tras las huellas de Cristo!
Programa 2024
El programa de la peregrinación del Rosario está repleto de actos litúrgicos y espirituales. Entre los momentos más destacados, encontramos: las misas solemnes, la procesión eucarística, la procesión de las antorchas, la vigilia penitencial en la basílica de san Pío X, la vigilia cantada junto al coro del Rosario… Además, todos los días están marcados por una serie de conferencias y formaciones sobre temas muy diversos.
Tres grandes novedades de cara a este 2024:
· Un nuevo podio a los pies de la Virgen coronada
· Un nuevo recorrido para las procesiones eucarísticas
· Un escenario musical abierto: «El Rosario es una fiesta»
Veneración de las reliquias durante la peregrinación
¡Este año, santo Tomás de Aquino y Bernardita se encontrarán en Lourdes para la peregrinación del Rosario!
La Iglesia apoya la veneración de las reliquias y permite que nos sintamos cerca de quienes nos han precedido en la fe. Al venerar las reliquias de un santo, seguimos sus huellas, como buscadores de Dios, y tomamos ejemplo.
De 2023 a 2025, celebramos el 700 aniversario de la canonización de santo Tomás de Aquino (1225-1274), los 750 años de su muerte y los 800 de su nacimiento. En el marco de este triple jubileo, la peregrinación del Rosario es la ocasión perfecta para venerar las reliquias de santo Tomás de Aquino y pedir gracias por su intercesión.
El cuerpo de santa Bernardita no se encuentra en Lourdes, sino en un relicario de Nevers, puesto que cuando la santa fue exhumada, su cuerpo estaba incorrupto.
No obstante, sus reliquias se conservan en un relicario de Lourdes desde el año 1925. Los peregrinos pueden venerar dichas reliquias todos los días en la capilla de san Miguel, a la derecha de la puerta principal de la Cripta. Otros relicarios peregrinan por todo el mundo.
Una experiencia de comunión y fraternidad
La peregrinación del Rosario es, ante todo, un momento de comunión entre los creyentes. Los participantes, ya sean jóvenes o ancianos, personas enfermas o sanas, se reúnen para compartir su fe y esperanza. Se trata de un tiempo en el que la solidaridad y la ayuda mutua ocupan el lugar central. En especial, muchos jóvenes acuden como hospitalarios y ofrecen su apoyo logístico y espiritual a los peregrinos más vulnerables.