Significa en primer lugar dejar tu vida diaria, tus hábitos. Más que un viaje, es un verdadero momento para tomarse un tiempo de reflexionar a solas o con otros, para crear vínculos en un espíritu de benevolencia y alegría gracias a los cantos, la marcha, los intercambios y la oración para aquellos que lo deseen. Las peregrinaciones forman parte de la historia de Lourdes y contribuyen a tejer el vínculo entre todos.
¿Por qué una peregrinación a Lourdes?
Durante la decimotercera aparición, la Señora de la Gruta le pide a Bernardita que «Vaya a decir a los sacerdotes que se construya aquí una capilla y se venga en procesión». En el lenguaje de la época, las palabras «procesión» y «peregrinación» no se diferencian…
El hecho de que la Virgen María pida el mismo día que se venga en procesión y se construya una capilla quiere decirnos que debemos ponernos en marcha y convertirnos en «piedras vivas». Lourdes, la Iglesia, no es nada sin las personas que se ponen en marcha en el camino hacia aquel que se hizo uno de nosotros para salvarnos.
La palabra peregrinación está en singular, pero su realidad es plural
Si vienes a Lourdes, pronto te darás cuenta de que Lourdes es un lugar donde la diferencia está en todas partes, lo que hace que todos seamos un solo pueblo, un solo corazón vuelto hacia María, que nos lleva de la mano para conducirnos a su Hijo.
En Lourdes hay peregrinaciones organizadas y peregrinaciones individuales. También hay visitantes que se convierten en peregrinos. La gracia de Lourdes conmueve y transforma.
Encontrarás peregrinaciones diocesanas en tu región, peregrinaciones nacionales (como la Peregrinación Nacional, el Rosario…) y peregrinaciones internacionales (como la Peregrinación Militar Internacional, la Orden de Malta…). También se pueden encontrar peregrinaciones temáticas (por ejemplo, Lourdes Cancer Espérance, el FRAT…), y también las organizadas por familias religiosas (franciscanos, jesuitas…).