Jubileo 2025 en Lourdes
Todos los caminos llevan a la Esperanza…
Peregrinos de todo el mundo van a converger hacia Roma para pasar por la Puerta Santa. De igual modo, se podrá vivir la gracia del Jubileo en el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes. El Año Jubilar se inaugurará de manera oficial en Lourdes durante la misa que tendrá lugar en la Gruta el 31 de diciembre a las 23:00 h.
Lourdes, lugar jubilar
El 21 de noviembre de 2024, Mons. Jean-Marc Micas, obispo de Tarbes y Lourdes, estableció un decreto por el que se designa el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes como uno de los lugares en los que los fieles podrán recibir la gracia de la indulgencia plenaria durante el Año Jubilar.
La misión y el testimonio evangélico se basan cada vez menos en las obras, por necesarias que sean, y más en la unidad visible, en el respeto mutuo y el afecto fraterno.
Para quienes no puedan viajar a Roma, el Santuario de Lourdes les invita a vivir una peregrinación bajo la mirada de María, Madre de la Esperanza y Madre de la Iglesia. Este será un buen momento para rezar por la Iglesia, por el mundo, por la paz, así como por todos los visitantes y peregrinos del Santuario, para que todos estén unidos en la esperanza, la fe y la caridad.
Recibir la indulgencia plenaria en Lourdes
El Vaticano ha anunciado que la indulgencia plenaria se acordará en el marco del Año Jubilar 2025. Al conceder una indulgencia plenaria, la Iglesia católica expresa su deseo de que los fieles puedan experimentar la misericordia de Dios. En efecto, otorgar la indulgencia plenaria es declarar la remisión o el perdón de los pecados.
Condiciones para recibir la gracia de la Indulgencia plenaria
Para obtener la Indulgencia plenaria, se necesita reunir las siguientes condiciones: realizar la obra a la que está vinculada la indulgencia, como ir a la catedral o al Santuario de Lourdes, así como, en los siete días siguientes, es conveniente recibir el perdón a través de la confesión sacramental, recibir la comunión eucarística y rezar por las intenciones del papa.
Obras requeridas
Los fieles podrán recibir la indulgencia realizando una de las siguientes obras:
Participar en el viacrucis, rezar el rosario, participar en una procesión mariana en el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes o realizar el camino del Jubileo en el Santuario.
Dado que la misericordia divina será ampliamente ofrecida durante el Año Jubilar, los capellanes se pondrán a su disposición de manera generosa para celebrar el sacramento de la Penitencia.
Todos los caminos llevan a la Esperanza:
– Llevar la llama de la esperanza en procesión con los hermanos y hermanas enfermos.
– Cantar la esperanza en todas las lenguas.
– Rezar a María, camino de esperanza.
El Camino del Jubileo, un recorrido por el Santuario
El Camino del Jubileo tendrá lugar en el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes a partir del 11 de febrero de 2025, de lunes a sábado a las 9.30 horas.
El punto de encuentro es el Centro de Información. Durante el recorrido, los peregrinos meditarán sobre el Evangelio de los discípulos de Emaús, pasando por lugares de consuelo y esperanza del Santuario, como la OCH ( Oficina Cristiana de las Personas Minusválidas), la Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes y el Accueil Notre-Dame.
A los pies de la Virgen coronada, se invitará a los peregrinos a mirar hacia las basílicas donde cada día se celebra la Eucaristía, así como hacia la Capilla de la Reconciliación para recibir el sacramento de la misericordia de Dios. Pasando por el jardín de meditación, los peregrinos podrán descubrir a María, consoladora de los afligidos, Aquella que, el 25 de marzo de 1858, reveló su nombre: «Yo soy la Inmaculada Concepción«.
El camino terminará en la rotonda del Buen Samaritano con el gesto del agua, símbolo de purificación y renovación.
Los peregrinos podrán concluir este itinerario espiritual asistiendo a misa a las 11.15 h en la capilla de san José.
Dios está siempre disponible al perdón y nunca se cansa de ofrecerlo de manera siempre nueva e inesperada… En el sacramento de la Reconciliación, Dios perdona los pecados, que realmente quedan cancelados; y, sin embargo, la huella negativa que los pecados dejan en nuestros comportamientos y en nuestros pensamientos permanece. La misericordia de Dios es incluso más fuerte que esto. Ella se transforma en indulgencia del Padre que a través de la Esposa de Cristo (la Iglesia) alcanza al pecador perdonado y lo libera de todo residuo, consecuencia del pecado, habilitándolo a obrar con caridad, a crecer en el amor más bien que a recaer en el pecado
MV n.º 22, papa Francisco