En este año dedicado a la oración, el Santuario de Lourdes ofrece distintas formas de vivir los tiempos litúrgicos con Bernardita.
De las dieciocho apariciones de la Virgen María a Santa Bernardita, catorce tuvieron lugar durante la Cuaresma.
La Cuaresma es un tiempo definido por cuarenta días de preparación para la Pascua, corazón de la fe cristiana, en la que se celebra la resurrección de Cristo. Un periodo de ayuno de 40 días que finalizará el Domingo de Pascua de 2024.
Estos cuarenta días nos permiten revivir con Cristo los cuarenta años que los hebreos pasaron en el desierto en su viaje hacia la tierra prometida.
En Lourdes, durante la quincena de las apariciones, Bernardita se preparaba para esta experiencia de intimidad con Dios que toda la comunidad de creyentes, bautizados o candidatos al bautismo, quiere revivir al ponerse en camino hacia la Pascua.
Bernardita había regresado de Bartrès porque, tal y como decía: «En Lourdes, hay un sacerdote» y deseaba hacer su primera comunión. Durante la 8.ª aparición, la Virgen dijo a Bernardita: «¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Penitencia!» y al día siguiente, el 25 de febrero de 1858, la Señora de la Gruta le hizo hacer algunos gestos de penitencia: caminar de rodillas, besar el suelo y comer la hierba.
La llamada a la conversión que recibió de la Virgen María fue un cambio de corazón.
Los peregrinos pueden prepararse para este cambio realizando el viacrucis que ofrece el Santuario
Lourdes prepara a los peregrinos para vivir la Pascua
La Cuaresma invita a rezar, meditar, compartir y abrirse a los demás.
Para prepararse bien para la gran fiesta de Pascua, que este año tendrá lugar el 31 de marzo, el Santuario ofrece en la Capilla de la Reconciliación la posibilidad de tener un encuentro con un sacerdote para confesarse, reexaminar la vida de fe y recibir la Misericordia del Señor.
Confesarse es recibir el perdón de Dios, reconciliarse con Él, con los demás y consigo mismo. Los capellanes del Santuario están allí durante todo el año para permitirnos recibir el Perdón. Si el peregrino aún no está preparado para encontrarse con un confesor, puede dirigirse al «punto de escucha».
De igual forma, los peregrinos pueden prepararse para vivir la Resurrección de Jesús realizando el gesto que María pidió a Bernardita en la 9.ª aparición: «Vaya a beber y a lavarse en la fuente».