El Santuario de Lourdes propone réplicas idénticas de la imagen de Nuestra Señora de Lourdes que se encuentra en la Gruta de las Apariciones. Una conformidad validada por un certificado oficial del Santuario.
Un trabajo con una precisión de una décima de milímetro
La imagen de Joseph-Hugues Fabisch (cuyo nombre aparece claramente en el zócalo) data de 1864, según las descripciones de la propia Bernardita Soubirous: «Levanté la cabeza, miré hacia la gruta y vi a una Señora vestida de blanco, llevaba un vestido blanco con un cinturón azul y una rosa amarilla en cada pie, el color de la cadena de su rosario».
Sigue siendo la misma imagen que se erige en la Gruta y que millones de personas ven cada año en Lourdes.
Fabricada en los talleres de arte de Francia, en Ambert (Puy-de-Dôme).
Reciban a Nuestra Señora de Lourdes en su capilla: ¡una misión que continúa hoy en día!
Para habitar una capilla de una iglesia, una capilla privada, un oratorio de una comunidad, una capilla de una escuela, de un establecimiento de salud, para una reproducción de la Gruta de Lourdes… el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes propone una réplica auténtica de la imagen de la Virgen de la Gruta de las Apariciones.
Fabricada en los talleres de arte de Francia, en Nantes.
Nuestra Señora de Lourdes por el mundo
Existen Grutas de Lourdes en todo el mundo, para continuar en casa una devoción iniciada en Lourdes y con espíritu misionero.
La Gruta es para Bernardita el lugar donde puede experimentar la cercanía del cielo. Un cielo que viene a ella y en el que es introducida. Para los peregrinos de Lourdes, la Gruta sigue siendo esta experiencia del Reino de los Cielos que descubren «presente, en medio de nosotros». Las innumerables réplicas de la Gruta de Lourdes que existen en todo el mundo arrojan una doble luz al respecto. Proclaman que, antes de ser un santuario, Lourdes es una gracia ofrecida a todos, en todo momento y lugar. Pero estas otras grutas también nos recuerdan que la acogida de esta gracia se ve facilitada cuando se tiene un soporte concreto.
Hoy en día hay mucha gente que reza el rosario delante de una simple estampa que representa la Gruta. Otros cierran los ojos y se transportan en espíritu a la Gruta de Lourdes para rezar allí. De este modo, continúan la acción de Bernardita que, en Nevers, «hacía cada día su peregrinación a la Gruta».
«Vaya a decir…»
El 11 de febrero de 1858, Bernardita fue a Massabielle a por leña y no tenía ni idea de que iba a encontrarse con la Virgen María, cuyo nombre no conoció hasta el 25 de marzo, e incluso después, ¡porque la palabra «Inmaculada Concepción» (que ella llamaba «Aqueró» en el dialecto local, que quiere decir eso) le era completamente desconocida! Y es esto lo que garantiza la veracidad de su testimonio.
Desde aquel día, millones de personas han acudido a Lourdes para contemplar a María y contar lo que vieron y oyeron en Lourdes…