«Con motivo de su Día Internacional, quisiera dirigirme directamente a ustedes que viven con algún tipo de discapacidad, para decirles que la Iglesia los ama y necesita de cada uno de ustedes para cumplir su misión al servicio del Evangelio». (Papa Francisco para el día internacional de las personas con discapacidad)
Para promover la integración y el acceso a la vida económica, social y política de las personas con discapacidad, en 1992 las Naciones Unidas proclamaron el tres de diciembre el Día Internacional de los Discapacitados.
Este día mundial es también una oportunidad ideal para reafirmar algunos principios básicos, demasiado a menudo olvidados: «Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos». El respeto a la dignidad de cada persona, con discapacidad o no, implica el reconocimiento de derechos fundamentales como la educación o el acceso al trabajo.
Lourdes y la discapacidad
En Lourdes, los enfermos y las personas discapacitadas ocupan un lugar privilegiado desde el comienzo de los milagros, ya que los enfermos venían para «beber y lavarse en la fuente».
La O.C.H. (Oficina Cristiana para los Discapacitados) tiene un lugar de acogida en el Santuario «donde todos encuentran escucha, compasión, apoyo y una pequeña luz de esperanza para continuar el camino…». La escucha en la permanencia de la OCH es un regalo de Dios. Porque cada voluntario saca de lo más profundo de su alma esta joya de atención para ofrecerla a la persona acogida.
Enrique Alarcón, Director General de FRATER ESPAÑA y miembro del apostolado seglar de la diócesis de Albacete (una de las personas invitadas por el Papa para trabajar en el Sínodo como persona con discapacidad), durante el Congreso de las Hospitalidades Españolas en Albacete (20-23 de octubre de 2022), dijo a los hospitalarios presentes en el encuentro, haciendo un llamamiento a todos los que quieren ponerse al servicio de los enfermos y discapacitados: «Vosotros, hospitalarios y hospitalarias, con vuestra fe, podéis dar una oportunidad a las personas con una enfermedad o una discapacidad. Y así, dar una vida a este enfermo “que no puede moverse”, para que tenga la oportunidad de recuperar la salud física pero sobre todo la salud integral. Tenéis una gran responsabilidad».
Al mismo tiempo, les advirtió de cualquier paternalismo: «¡Cuidado! A menudo ocurre que, cuando miramos a la persona enferma o discapacitada, solo vemos lo que le falta según nuestros criterios… ¡Y esto nos lleva a olvidar a la propia persona! Les privamos de su participación activa en la rehabilitación y liberación que necesitan. Se convierten en el objeto, no en el sujeto con el que debemos trabajar juntos».
«La Iglesia es su casa»
Las personas con discapacidad son uno de los grupos más vulnerables del mundo actual. En noviembre de 2017, la Organización Mundial de la Salud publicó datos esenciales para conocer su realidad y avanzar hacia su plena inclusión: en todo el mundo, más de mil millones de personas viven con una condición de discapacidad física, orgánica, sensorial, cognitiva (intelectual) o mental. Representan alrededor del 15% de la población mundial.
«El Bautismo hace que cada uno de nosotros seamos miembros de pleno derecho de la comunidad eclesial y, sin exclusión ni discriminación, nos da la posibilidad de exclamar: “¡Soy Iglesia!”. La Iglesia, de hecho, es la casa de ustedes. Nosotros, todos juntos, somos Iglesia porque Jesús ha elegido ser nuestro amigo. La Iglesia —queremos aprenderlo cada vez más en el proceso sinodal que hemos emprendido— no es una comunidad de perfectos, sino de discípulos en camino, que siguen al Señor porque se reconocen pecadores y necesitados de su perdón» (Catequesis, 13 abril 2016). (Papa Francisco durante su mensaje para el día internacional de las personas con discapacidad).
LA DISCAPACIDAD EN EL SÍNODO
El pasado mes de mayo, el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, de acuerdo con la Secretaría General del Sínodo, invitó a algunos fieles con discapacidad a participar activamente en el camino sinodal, aportando su contribución a través de un diálogo abierto con la Santa Sede. Se trata de personas procedentes de los cinco continentes, que representan a conferencias episcopales y asociaciones internacionales, muchas de las cuales ya habían participado en las consultas sinodales a nivel diocesano. El miércoles 21 de septiembre, las personas con discapacidad reunidas en Roma se reunieron con el papa Francisco para presentar algunos de los frutos del trabajo de estos meses.