« Marie retenait tous ces événements et les méditait dans son cœur »
El Corazón Inmaculado de María es una devoción a la Virgen María como símbolo de la misericordia, de lo absoluto de su fe, de su confianza y de su acogida de Cristo en lo más íntimo de su persona. También representa su pureza total. En Lourdes, el 25 de marzo de 1858, la «bella Señora de Massabielle» dio su nombre: «Yo soy la Inmaculada Concepción».
La fiesta del Corazón Inmaculado de María se celebra el sábado siguiente a la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, que se celebra el tercer viernes después de la solemnidad de Pentecostés.
Dejémonos modelar por María en la sencillez de los hijos de Dios, para que Ella nos muestre el camino para acercarnos a su Hijo. María, que fue la catequista de Bernardita a lo largo de las apariciones para que pudiera recibir el cuerpo de Cristo en la Santa Comunión; María, que es la excelente educadora que abre nuestros corazones y nuestras mentes; María, que venda nuestras heridas y nos saca de los caminos perdidos… delicada, suave, paciente y dócil al Espíritu Santo.
«En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho» Lc 2, 16-21.
Oración al Corazón Inmaculado de María
Oh Corazón Inmaculado de María, lleno de bondad,
muéstranos tu amor por nosotros.
Haz que la llama de tu Corazón, oh María, descienda sobre todos los hombres.
Nosotros te amamos inmensamente.
Imprime el amor verdadero en nuestros corazones.
Haz que nuestros corazones tengan un deseo continuo de Ti.
Oh María, dulce y humilde de corazón. Acuérdate de nosotros cuando estemos en pecado.
Tú sabes que todos los hombres pecan.
Por medio de tu Corazón Inmaculado y materno,
haz que seamos sanados de toda enfermedad espiritual.
Haznos capaces de contemplar la bondad de tu Corazón maternal,
a fin de que podamos convertirnos por la llama de tu Corazón.
Amén.